Historia
Al igual que todos los animales domésticos, el gato evolucionó como animal salvaje. Según estudios genéticos, los científicos han logrado responder algunas de las inquietudes que desde hace siglos han despertado estos animales. Se ha determinado, entre otras cosas, que los felinos se “auto domesticaron”. A diferencia de todos los animales domésticos -caballos, vacas, cerdos o el propio perro- los fueron logrando a medida que el hombre se hizo sedentario. Gracias a la agricultura que trajo consigo el almacenaje de granos -y con ello una proliferación de roedores, los mininos se acercaron a las ciudades para cazar y alimentarse de éstos. Los granjeros de aquel entonces, toleraron ese acercamiento, por lo que representaba en cuanto a medida de control contra las plagas.
Los primeros ejemplares
Existe
evidencia genética y arqueológica que plantea que los primeros felinos
domésticos surgieron en la creciente fértil región conocida también con el
nombre de media luna fértil en el Oriente Medio. Se tomaron muestras de Egipto,
Turquía y Líbano. Es de todos conocida la reverencia que se tenía en el antiguo
Egipto por los gatos. Papiros y jeroglíficos nos muestran escenas de la vida
cotidiana de esta civilización, en donde se pueden ver numerosas
representaciones de dicho animal. Además, se veneraba a Bast, la diosa de la
familia y la fertilidad que tenía cabeza de gato.
En 1983 se encontró una quijada de gato en la
isla de Chipre con una antigüedad de 8,000 años. Como es de suponer, los
mininos tuvieron que llegar a la isla en barco, por lo que su domesticación
tuvo que ser mucho más antigua. De hecho, en el 2004 se encontró otro sitio
arqueológico con más ejemplares felinos, lo que recorrió la cifra otros 1500
años más.
![]() |
Gato egipcio. |
Desde
esta región los gatos se esparcieron a través de Asia y Europa para llegar a
América y Australia con los primeros barcos que llevaban gatos a bordo para
controlar a los roedores. Una vez en tierra, fue solo cuestión de tiempo para
que los gatos dominaran el territorio. A la par de que el hombre iba ganando
terreno, los gatos hacían lo propio.
A
pesar de la mala fama que, injustificadamente se le dio a los gatos en la Edad
Media, es una especie que se ha adaptado perfectamente al medio humano. Al ser
un animal tan sorprendente, no es de extrañar que generara miedo por su
individualidad y sus capacidades físicas. Hay que imaginar lo que pensaría la
gente hace quinientos años cuando veía un gato en el piso y un instante después
el felino se encontraba arriba de un árbol o sobre un muro a tres metros del
suelo, como si hubiese aparecido ahí.
Es
por eso que los gatos todavía conservan sus rasgos más primitivos. A diferencia
de los perros a quienes el humano fue domesticando, los felinos nos eligieron
como sus proveedores de alimento y de cariño. Quizás el entender un poco el
origen de esta sociedad nos ayude a comprender el por qué nuestros mininos se
comportan de la manera en la que lo hacen. No hay que olvidar que fueron ellos,
y no nosotros, los que establecieron el primer contacto, el primer acercamiento
y por eso, son ellos quienes dictan sus reglas en cuanto al cómo debe ser su
relación con nosotros.
Carácter
Comprender la personalidad del gato es de gran ayuda para las personas que conviven con ellos, con el fin de lograr una convivencia satisfactoria. Cada gato tiene su propia personalidad y carácter, por lo que hay que evitar generalizar. No hay dos gatos iguales. No obstante hay ciertos rasgos comunes a la especie felina, que pueden estar más o menos acentuados en cada gato.
Los gatos suelen ser independientes
A pesar de que los felinos pueden ser independientes, también los hay apegados a sus dueños. Sin embargo, en general, si se compara a un felino con un perro, la diferencia es notable en cuanto a que el gato tolera mejor la soledad: puede estar más horas sin sus dueños, sin que por ello se angustie o sufra ansiedad.
Un felino puede estar hasta tres días solo en casa, siempre que tenga alimento, agua, su bandeja higiénica y un lugar cómodo donde dormir. Sin embargo, "un perro precisa no solo varios paseos diarios, sino también más horas que el gato en compañía de sus dueños", asegura Javier Zorriqueta, veterinario.
Los felinos, indómitos encantadoresLos genes del gato le predisponen para que sea un animal al que no es sencillo domesticar. Son cazadores solitarios que no precisan la convivencia del grupo para sobrevivir y están acostumbrados a salir adelante en soledad.No obstante, "la creación de razas de gatos de mano de los humanos ha favorecido el énfasis en sus genes de características como la sociabilidad", asegura Zorriqueta.El gato o Felis silvestris catus se incorporó a la convivencia doméstica con las personas hace alrededor de 9.500 años, más tarde que el perro.No obstante, es un error asociar el hecho de que un gato se muestre indomable con que sea arisco. Los gatos son territoriales por naturaleza
Los felinos tienen inscrita en sus genes la territorialidad. La casa en la que viven con sus dueños es su territorio y les gusta tenerlo controlado, en su totalidad. La costumbre del gato de encaramarse a lugares altos, como el respaldo del sofá o las mesas, obedece a su afán por tener una adecuada perspectiva de su territorio.El sentido de la territorialidad del gato se suele confundir por parte de sus dueños con el hecho de que sean curiosos y tengan interés por curiosear cualquier novedad.
El gato doméstico es único y muy particular
El gato tiene una personalidad muy peculiar, algo que saben bien quienes conviven con un felino. Un gato aceptará las caricias solo cuando le apetezca, pero exigirá la atención del dueño cuando él quiera.
Además, tendrá un especial instinto para elegir el lugar más fresco de la casa en verano y el más cálido en invierno, se rebela cuando se le agobia con los mimos y atenciones y adora su independencia. Pero cuando el gato busca la atención de sus dueños, sabrá ganársela con un sonido que solo él emite: el ronroneo.
El gato es un cazador nocturno
Los gatos pueden dormir 12 horas diarias e incluso más, pero durante ese tiempo hay muchos momentos en los que dormita y se mantiene atento a lo que ocurre a su alrededor.Los horarios de los felinos son crepusculares, cuando cae el sol están más activos y por el día duermen más. No obstante, un gato se aclimata a los hábitos de la familia humana con la que convive y más si se tiene en cuenta que en el ámbito doméstico no necesita cazar por la noche para comer.
Los gatos duermen en función de sus hábitos vitales y cantidad de actividad física que realizan. De forma que los felinos que se aburren, duermen más durante el día, pero no significa que sean más dormilones que otros animales, como los perros.
El gato, un animal que adora la limpieza
La fama de limpios de los gatos obedece a la realidad: a los felinos les gusta mantener su cuerpo y entorno limpios. Por ello, el gato dedica tiempo a lamerse y acicalarse para conservar su pelaje sin suciedad.
Los gatos acostumbrados al agua desde cachorros también aceptan de buen grado los baños y retoques en la peluquería.
Los arraigados hábitos higiénicos del gato se reflejan también en su entorno: utilizan la bandeja higiénica felina para hacer sus deposiciones y rechazan dormir o comer en lugares malolientes o sucios.
Enfermedades
Los felinos son mascotas sorprendentes, no sólo por su atractivo y pelaje, sino también por sus sentidos desarrollados, como son la audición o la vista. Si eres dueño de uno o estás pensando en acoger o adoptar a uno debes informarte de muchas cosas importantes, entre ellas, sobre las enfermedades que tu gato puede padecer.
Pero recuerda, la mejor forma de prevención ante cualquier enfermedad es cumplir con las fechas de vacunación y llevar al día las visitas al veterinario.
Otitis: Es una inflamación auditiva muy común en los perros, pero también en los gatitos y en los gatos adultos. Puede generar dolor y, en casos mas extremos la perdida de la audición. Normalmente se produce en la presencia de los parásitos como los ácaros, pero también por hongos o bacterias. Si tu gato tiene otitis, lo reconocerás por la incomodidad que demuestra al rascarse o por la cantidad de veces que lo hace.
Conjuntivitis:
Es uno de los problemas más frecuentes en los gatos que se puede dar a
cualquier edad. Se trata de la
inflamación de la mucosa del ojo (de la membrana que lo recubre y del interior
del párpado). El gato puede llegar a perder la vista si no se diagnostica y se
trata a tiempo. Se puede dar por infecciones oculares, por alegías, por
enfermades diversas (las que afectan al sistema respiratorio), por la suciedad
del medio ambiente, por traumatismos o por problemas genéticos. Detectarás que
tu felino tiene conjuntivitis por el exceso de lagañas, el lagrimeo o la
capacidad de la cornea.
Rabia: Esta enfermedad causa un virus que se transmite a través de la saliva por la
mordedura de un animal infectado. Se puede transmitir entre especies, de
animales a humanos y viceversa, y se controla mediante una vacuna que en varios
lugares de España es obligatoria. Galicia, Cataluña y País Vasco quedan exentos
de esta obligación.
Leucemia
felina: Se trata de un tipo
de cáncer que se transmite por contacto de los fluidos corporales, ya sea
saliva, sangre u orina. Suele afectar más a ejemplares pequeños y jóvenes y
puede producir incluso la muerte. Los síntomas de esta enfermedad son la falta
de apetito, la somnolencia, la anemia, la aparición de tumores o la debilidad.
Para prevenir a tu gato de la leucemia vacúnale.
Panleucopenia
felina: Generalmente la panleucopenia es conocida como moquillo felino,
enteritis o gastroenteritis infecciosa. Es una enfermedad mortal provocada por
un parvovirus y los síntomas más comunes son la fiebre y más adelante la
hipotermia, los vómitos, la diarrea, la debilidad, la deshidratación, la
anorexia y una importante bajada de los leucocitos y/o glóbulos blancos en la
sangre. El tratamiento consiste en hidratación intravenosa y antibióticos,
aunque existe la vacunación en contra de esta enfermedad.
Inmunodeficiencia felina: Comúnmente
conocido como el sida felino, se trata de una enfermedad que puede llegar a ser
mortal causada por el lentivirus. Suele afectar a los gatos adultos no
esterilizados y los síntomas que nos harán sospechar de esta enfermedad son:
infecciones en la boca, patologías respiratorias, infecciones intestinales,
pérdida de mucho peso, enfermedades fúngicas? Se transmite por una mordedura de
otro animal infectado y no tiene tratamiento ni se puede prevenir con
vacunación.
Peritonitis:
Es una enfermedad infecciosa causada por un virus de la familia de los
coronavirus. Los síntomas más notables son: fiebre, anorexia, aumento del
volumen del abdomen y acumulación de líquido en éste, invadiendo así todos los
órganos y sistemas del cuerpo. No tiene tratamiento, aunque existe vacunación
contra esta enfermedad. Puede llegar a ser mortal, sobre todo en los gatos
jóvenes.
Problemas
gastrointestinales: La diarrea, los vómitos, el dolor abdominal, la pérdida de
apetito o la debilidad, son varios de los síntomas de esta enfermedad que
afecta a nuestra mascota, sobre todo, a los ejemplares jóvenes. Normalmente se
produce cuando el gato ingiere alimentos en mal estado, aunque también se puede
producir por una infección bacteriana, un virus o por la presencia de
parásitos. Ante la sospecha de esta enfermedad, acuda al veterinario de forma
urgente.
Cistitis:
Como ocurre en las personas, el sistema urinario es más problemático a medida
que el gato envejece. Se forman minerales que obstruyen el conducto urinario,
lo que genera dolor al orinar, mucha sed, ausencia total de micción, lamido de
la zona urinaria, vómitos o orinar en otro sitio que no sea la caja de arena.
Existe tratamiento para eliminar los minerales y además el gato tiene que
seguir una dieta especial.
Alergias:
¿Sabías que los gatos también pueden tener alergias? Como nos sucede a
nosotros, los felinos también pueden tener alergia a muchas cosas distintas,
las más comunes son: plantas, polen, hongos, perfumes, productos de limpieza,
humo de tabaco, picadura de pulga, algunos alimentos e incluso humanos. Tu
minino tendrá alergia cuando identifiques los siguientes síntomas: tos,
estornudos, secreción nasal, secreción ocular, picor en la nariz, picor en los
ojos, falta de pelo, infecciones cutáneas, vómitos y diarreas.
![]() |
Gato con otitis |
0 comentarios:
Publicar un comentario