La
llegada de nuestro bebé a casa es un momento lleno de ilusión y emociones. Pero
una de las grandes dudas será ver cómo va a reaccionar nuestro perro, sobre
todo a medida que el niño crezca y con él los retos de vivir todos juntos en el
mismo hogar.
Puede
que al principio tu perro se haya adaptado a la llegada del pequeño, pero una
vez este se vuelva más activo, empezará a gatear y, por tanto, a descubrir su
entorno tocando todo lo que esté a su alcance como el perro y sus juguetes.
¿Cómo reaccionará tu mascota?
Asocia
el niño con los buenos momentos
Sobre
todo en el caso de los padres primerizos puede que la llegada de su hijo
suponga un exceso de atenciones hacia el pequeño, dejando a un lado sin querer
a su perro. Por eso, es conveniente que tu mascota aprenda a asociar la
presencia del bebé con la llegada de cosas buenas para él. Aunque a veces te
cueste, intenta resistir la tentación de atender al perro solo cuando el niño
duerme o no está.
Lo mejor es que el perro comprenda que cuando
el niño está despierto y activo, también se le tiene en cuenta y se le dan
cosas positivas como caricias, juegos, paseos, comida o cualquier otra cosa que
sepas que le guste. Así tu mascota asociará los buenos momentos cuando esté el
pequeño y los esperará con más ganas.
Acostúmbralo
a los nuevos sonidos
Aunque
ya han pasado algunos meses de la llegada del pequeño y has intentado preparar
al perro para vivir con el niño, puede que se siga sorprendiendo o asustando
por los sonidos del bebé. Además, puede también que tu mascota esté cada vez
más nerviosa cuando lo escucha llorar. En ese momento, prueba a lanzar al perro
un trocito de comida sabrosa, de esta manera el perro aprenderá a esperar cosas
buenas cuando oiga un lloro. No obstante, si con este ejercicio no notas
mejoras, es el momento de hablar con un profesional.
Prepáralo
para cualquier manipulación
Los
primeros meses del bebé son pura exploración, lo tocan todo pero todavía no
saben regular su fuerza y sus movimientos son algo desordenados. Es obvio, que
más tarde o más temprano, sus atenciones acabaran dirigidas hacia el perro de
la casa, y el niño puede acabar agarrándole y estirándole del pelo, las orejas,
la cola o cualquier otra parte que esté a su alcance.
Es necesario pues que prepares a tu mascota
para esta situación y así evitar riesgos antes que el niño aprenda a gatear. De
lo que se trata es de acostumbrar al perro a recibir diferentes tipos de
manipulaciones de una forma progresiva. Si ves que tu mascota tolera un cierto
nivel de manipulación puedes entonces subir la intensidad. Si la incrementas
más de la cuenta, enseguida lo verás mirando la reacción del perro, que en
lugar de quedarse relajado intentará apartarse o evitar el contacto. En el
estadio más avanzado del ejercicio, la manipulación debería ser parecida a la
que podría realizar un niño.
Cuando estés realizando este ejercicio,
deberías premiar al perro con algo que sepas que le guste mucho. Lo más importante
aquí es que primero realices la manipulación y después él reciba su premio. El
hecho de estar a la expectativa de un premio hará que soporte de forma más
llevadera algunas manipulaciones más bruscas.
Es esencial que practiques este ejercicio a
diario, ya que así cuando llegue el día en que el niño le tire de un oreja o le
agarre de un mechón de pelo, lo más probable es que tu perro espere un premio.
Así que dale su recompensa, porque se lo merece. Además, la practica de este
ejercicio no excluye las caricias que les des a diario, sino que es un
complemento más.
Enséñale
cuando debe alejarse
Lo
más seguro es que a medida que pasen los meses de vida del bebé, te des cuenta
que a veces es útil que el perro sepa alejarse de una situación cuando se lo
dices. Por ejemplo, cuando necesites más espacio o cuando el niño empieza a
gatear por el suelo. Para hacerlo de forma correcta, tienes que seguir los
siguientes pasos:
Escoge una palabra, por ejemplo “fuera”. Dila
en alto y enseguida lanza un premio en el suelo alejado de donde se encuentra
el perro. Es clave que el perro visualice el premio y es un ejercicio que
requiere varias repeticiones antes de pasar al siguiente paso.
Di de nuevo la palabra elegida y extiende el
brazo como si estuvieras lanzando un premio. Pero solo lo tienes que lanzar
cuando el perro empiece a moverse en la dirección indicada por tu brazo.
Ya verás como cada vez que repitas el
ejercicio tu perro responderá antes, hasta el momento en que se alejará nada
más oír la palabra escogida. Cuando llegue este momento tienes que seguir
premiándole por su comportamiento correcto, aunque no hace falta darle un
premio todas las veces que el perro se aleja después de decir la palabra.
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Fuente: https://www.fundacion-affinity.org/perros-gatos-y-personas/tengo-un-animal-de-compania/bebes-y-perros-consejos-para-una-buena-relacion
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Fuente: https://www.fundacion-affinity.org/perros-gatos-y-personas/tengo-un-animal-de-compania/bebes-y-perros-consejos-para-una-buena-relacion
0 comentarios:
Publicar un comentario